Ojalá poder vivir en el enredo de tus brazos, un nudo imposible, piernas y brazos dedos y manos. Ojalá poder quedarme acostada sobre tu pecho y respirar respirarte y sentirte dentro. Ojalá que el fuego nunca se apague. Y ser la mecha. Y ser la llama. Y ser el incendio que arrasa. Ojalá no conocerte nunca del todo, que siempre hayan sorpresas, pequeñas cosas nuevas. Y secretos. Y anécdotas. Y arrugas en la cara. Ojalá terminar y comenzar de nuevo. Y buscar y encontrar nuevas formas de darte un beso. Ojalá que no se acaben las esquinas ni las curvas, Y poder andar siempre de tu mano. Ojalá dar vueltas y vueltas y vueltas. Para nunca desencontrarnos. Ojalá ser el faro que nos guíe Al comienzo Al futuro Y siempre a casa.
